Hacía mucho que no hacía unos muffins para desayunar y el otro día preparando un postre a base de manzanas, que os enseñaré también en cuanto pueda, se me ocurrió preparar estos ricos muffins de manzana. Llevo unos días de locos y no he tenido mucho tempo para escribiros por aquí, aunque siempre me asomo aunque sea unos minutitos por las redes sociales. Entre las clases de cocina en Le Cordon Bleu, las clases del curso anual de repostería, algún virus que otro que nos ha hecho una pequeña visita en casa, deberes de los pequeños y algún que otro asunto que nos va surgiendo, a penas he tenido tiempo para sentarme a escribir y a contestar vuestros mensajes. Pero ahora que acabo de llegar de clase venía pensando en el coche que lo primero que iba a hacer al llegar a casa, además de dar un besazo a todos, iba a ser compartir con todos vosotros esta receta que espero os alegre algún desayuno o merienda.
Muffins
Mientras escribo este post me encuentro en el AVE camino de Barcelona, no puedo estar más emocionada y aunque Barcelona es una ciudad que he visitado innumerables veces simplemente por turismo porque me parece una ciudad increíblemente bonita, esta vez el motivo es que voy a ir por fin a la escuela Hofmann gracias al premio que gané de la mano de Canal Cocina y Panrico. Cuando un día vi en la página de Canal Cocina que tenían un concurso en el que había que participar con una receta que contuviese cualquier variedad de pan Panrico y que además el premio consistía en un curso monográfico en la escuela de cocina Hofmann de Barcelona, me faltaron pies para salir corriendo al supermercado a por el ingrediente estrella, a la vez que avisaba a Luis de que preparara la cámara ya que quería volver a Barcelona y en particular quería conocer la escuela Hoffman y asistir a una de sus clases :-)
Y es así como surge la idea de hacer estas riquísimas Tartaletas de Crema pastelera de Chocolate y Frambuesas que hoy os quiero enseñar.
Torrijas al Horno con Chocolate y Frutos rojos
Llevaba días pensando y buscando recetas de Torrijas que fueran algo diferente pero sin sacrificar el sabor y la textura que tiene este dulce tan típico de nuestra gastronomía, aunque una vez más tenemos que hablar de un dulce estacional que únicamente encontramos en las pastelerías en época de Semana Santa y en las casas ocurre tres cuartos de lo mismo, esperamos todo un año para degustar algo tan rico como es una Torrija y siempre me preguntaré el motivo por el que pasada la época en cuestión, cerramos capítulo y a otro postre. Si os fijáis con el Roscón de Reyes o con el Panettone Italiano ocurre lo mismo y haciéndose todos estos dulces que os menciono con ingredientes que encontramos los 365 días del año, sigo sin encontrarle una explicación lógica a tanta espera. Eso sí, la ilusión con la que hacemos las Torrijas cada año, el Roscón de Reyes o el Panettone, no nos la quita nadie.
Tenía muchas ganas de mostraros estas magdalenas de vainilla y chocolate y es que hacía mucho tiempo que no hacía unas simples magdalenas, lo que me pasa es que muchas veces me empeño en buscar y elaborar recetas de lo más complicadas, recetas que supongan un reto para mí, aunque tampoco me extraño de ello ya que en general actúo de esa manera, poniéndome retos que cuanto más complicados de superar mayor es después la satisfacción cuando veo que el resultado es el que yo esperaba (no me vale que esté bien y que los demás me lo digan, necesito estar yo orgullosa de lo que hago y del resultado final). Pero esto claro está, este comportamiento tiene una doble cara, por un lado es el aprendizaje que te supone el que te exijas tanto a ti mismo y por otro lado está la cantidad de presión a la que te acabas sometiendo muchas veces.
Filosofías a parte me voy a centrar en la receta que os quiero dejar hoy y es que la mezcla de chocolate y vainilla es para mí un bocado de esos que te hacen cerrar los ojos y disfrutar intensamente del maravilloso sabor de esta combinación. ¿A vosotros no os pasa lo mismo?
Estamos en tiempo de fresas y yo estoy feliz porque es una de las frutas que más me gusta del mundo, sobretodo cuando están en plena madurez con todo el sabor y textura intactas. Con las fresas, además de comértelas sin acompañamiento alguno ya que de por sí tienen muchísimo sabor, puedes hacer infinidad de postres y dulces, desde bizcochos, tartas, batidos, como acompañamiento para las gachas o porridge que desayunamos Luis y yo de vez en cuando ó para comértelas con zumo de naranja y un poquito de azúcar por ejemplo. Están además cargadas de beneficios para nuestra salud, siendo un potente antioxidante y de poseer una importante cantidad de vitamina C y de fibra, entre muchas otras cosas.
Estas magdalenas las hice el otro día aprovechando que me sobraron algunas fresas después de practicar una de las tartas que tendré que hacer en el tercer y último examen de Le Cordon Bleu y conociéndome, seguro que hago muchos postres más con las fresas que me sobren de practicar, porque cuando tengo que estudiar y practicar las tartas para los exámenes no paro hasta ver el resultado perfecto. Así que espero de corazón que os gusten tanto las fresas como a mí :-)
Las frambuesas y en general los frutos rojos son algo que me encanta desde siempre. Además de comerlas solas ó con un chorrito de limón y azúcar, combinadas con yogur o mezcladas con un poco de leche y avena, las frambuesas quedan increíblemente bien en cualquier masa tipo bizcocho, magdalena o en estos increíbles Muffins de Frambuesas que comparto hoy con vosotros.
Me encanta la bollería casera de todo tipo además y si no tenemos en el congelador magdalenas, tenemos algún Bundt Cake cortado en porciones y si no unos Muffins. Ya sabéis que la bollería se congela perfectamente y que basta con que saques lo que te quieras comer con una hora de antelación y observarás que no hay diferencia alguna a cuando lo horneaste. Es por eso que no me importa ponerme y hacer de golpe un bizcocho, unas magdalenas y un Bundt Cake porque todo lo que no nos vayamos a comer en los siguientes días o que no vaya a regalar inmediatamente, va directo al congelador.
Llega el Otoño y no puedo parar de hacer bollitos y bizcochos para nuestro desayuno o para comer a media tarde. No se por qué pero no me digáis que esta época del año no invita a tener el horno todo el tiempo encendido y eso que a mí dame un paquete de galletas del tipo que sea, que soy feliz. Pero tal vez sea porque estamos en casa más tiempo y pasamos más tiempo todos juntos, y es que no hay nada en el mundo que me guste más que cocinar para mi familia y para la gente que quiero. Así me ocurre que siempre estoy ideando algo que hacerles para que tengan en la despensa algo casero y rico para empezar el día de la mejor manera posible. Además como la bollería se congela perfectamente, no me importa ponerme un día y hacer un montón de dulces e ir racionalizándolos en porciones individuales en el congelador.
Cuando llega la temporada de calabaza, toda mi obsesión es ponerme a asar calabazas como una loca con el fin de hacer cantidades industriales de puré para utilizarlo posteriormente en dulces recetas. Lo que hago es asar la calabaza en el horno, triturarla y dejar que escurra el agua que de por sí contiene esta maravillosa hortaliza, para después congelarla en tarros de cristal con 400 gramos de puré cada uno, listos ya para añadir a cualquier masa. Pienso también todos los años que siempre me quedo corta, porque una vez que se que tengo puré de calabaza disponible para usarlo, mi cabeza empieza a maquinar recetas o a repetir alguna de las que ya he hecho y que en casa son obligadas todos los otoños, como este bizcocho de calabaza por ejemplo y finalmente me quedo sin provisiones de puré en un abrir y cerrar de ojos. Así que este año volveré a intentar surtirme bien, aunque ya voy por mal camino, de 5 tarros que tenía hace dos semanas ya solo me queda uno, por lo tanto creo que un día de estos me tendré que encerrar en la cocina con mi horno a asar calabazas sin parar.
Los muffins son unos ricos bollitos que a mí particularmente me encantan y en concreto me vuelven loca los de chocolate, que yo diría que son de mis preferidos, uno por el intenso sabor a chocolate que tienen y dos porque la densidad de la miga común a todos los muffins me resulta irresistible.
Los muffins de esta entrada además los disfruté todavía más si cabe porque me los comí acompañados de una rica leche con chocolate que preparó Luis con todo el amor del mundo en unas tazas para mí muy especiales.
Creo que hasta la fecha no he probado unos muffins que me hayan gustado más que estos y eso que no llevan ni gota de chocolate. Siempre habría dicho que mis muffins favoritos serían mega chocolatosos, por dentro y por fuera y ¡mira!…muchas veces cuando estamos convencidos de algo, llega alguna cosa que nos hace cambiar completamente de parecer y nos hace ver que no hay que obcecarse en una misma idea toda la vida y si eres capaz de abrir tu mente y en este caso el paladar a nuevas cosas, tienes muchas más posibilidades de disfrutar de cosas nuevas y seguro que maravillosas.