Como ocurre con muchos otros platos, de la empanada gallega de bonito podemos encontrar multitud de recetas y de versiones pero si os digo la verdad bajo mi punto de vista no muchas están logradas y cuando no resulta pastosa la masa, resulta seco el relleno. O también ocurre todo lo contrario, que el relleno está bien preparado pero la empanada no resulta buena porque la masa elegida no está bien.
Ya sabéis que todos los veranos de mi infancia los pasé en un pueblecito encantador de La Coruña y es en ese lugar donde he comido las mejores empanadas de bonito del mundo y durante mucho tiempo he estado tras la receta que más se acercase a aquellas que comía cuando era pequeña y ahora que la he encontrado, me hace especial ilusión compartirla con todos vosotros.