Cuando hablamos de falso risotto, nos referimos al hecho de preparar un plato con características similares a un plato elaborado con arroz pero precisamente será este el ingrediente que sustituiremos para denominarlo falso risotto. Entre los ingredientes que podemos utilizar está la coliflor rallada, quinoa, trigo o pasta con forma de arroz. Es esta última opción, la pasta con forma de grano de arroz o también llamada puntalette, la que vamos a utilizar para preparar este falso risotto a la carbonara.
Pasta
Últimamente estoy como los locos de un lado para otro y me cuesta encontrar el momento de sentarme a escribir en el blog y escribir todas las recetas que me parecen más deliciosas para compartirlas con vosotros. Pero no quería dejar pasar más tiempo y no he dudado en elegir esta receta de pasta con pesto de tomates secos que os aseguro os dejará sin palabras desde el primer bocado, bueno eso si eres tan amante de la pasta como lo soy yo y es que creo que igual que me ocurre con el dulce, en ocasiones pienso que podría alimentarme solo y exclusivamente de pasta.
Estrenamos la primavera con una rica ensalada de pasta de esas que preparas en el tiempo que tarda en cocerse la pasta y que además admite mil y una variantes diferentes. Esta ensalada de pasta llevo haciéndola muchísimos años y es que con el calor es cierto que no apetece comer cosas muy calientes y contundentes. Además cuando los días son como estos que estamos teniendo, con una temperatura perfecta y el sol que aún no es tan fuerte como los meses de verano, a penas estamos en casa ya que aprovechamos para salir con las bicis o para dar un paseo por la zona por la que vivimos. Entonces suelo tener preparada la comida para aprovechar al máximo el rato que estamos fuera de casa y este plato es perfecto para hacerlo cuando te levantas y guardarlo en la nevera hasta el momento de comer.
Para variar se me acaba echando siempre el tiempo encima y nunca publico el día que previamente tengo pensado para hacerlo, hasta que llega el día en que no paro hasta encontrar un hueco para sentarme frente al ordenador y apoyar las manos sobre el teclado para escribir durante un rato largo y sin parar.Y es que aunque se que a la mayoría de la gente le pasa lo mismo que a mí, daría lo que fuera por que el día tuviera un par de horitas más, 26 en lugar de 24 y con eso, pienso que haría casi todo lo que me propongo hacer cada día cuando me levanto por la mañana. Y aquí me encuentro ahora mismo, domingo por la noche haciendo una de las actividades que más me gusta y me llena, escribir en este blog, que aunque fundamentalmente son recetas y trucos de cocina siempre dejo algo de mí, de mi forma de ver las cosas o de sentirlas, porque al fin y al cabo es eso lo que yo espero siempre de un blog, la parte humana y personal que hay detrás de quien escribe.
Hacía mucho tiempo que no hacía lasaña de carne en casa y si te digo la verdad ha debido de ser más por pereza que otra cosa porque es un plato que me encanta, sobretodo cuando lo hago en casa porque cuando pido lasaña en algún restaurante que otro me he arrepentido más de una vez.
El secreto de una buena lasaña no es otro que la salsa boloñesa con la que rellenaremos las capas de pasta y es que no solo la carne tiene que ser de buena calidad si no que también la salsa ha de estar cocinada en su punto justo. Os animo a que la hagáis ya que es una receta que aunque lleva varios pasos, es sencilla y con un resultado delicioso y casi con toda seguridad triunfarás ese día entre los afortunados que vayan a degustar tu lasaña.
Hace unos días llegamos Luis y yo de un viaje de cuento de hadas (después os cuento por qué y de dónde veníamos) y como era lógico, la nevera estaba vacía casi por completo. Había un trozo de queso de tetilla que suele ser parte del desayuno habitual de Luis, queso parmesano rallado, alguna natilla que otra y creo que un par de limones. Pensé que con esos cuatro ingredientes no iba a ir muy lejos a la hora de preparar nuestro almuerzo, así que me fui a la despensa con la esperanza de encontrar algún ingrediente o ingredientes que pudiera combinar y hacer de nuestra comida un plato de lo más apetecible a la vez que sencillo y rápido ya que tenía que poner la lavadora y ordenar todo lo que traíamos en las maletas, porque a mí me ocurre que cuando llego de viaje, si no coloco todo inmediatamente y pongo la ropa a lavar, parece que no descanso…
Hoy vuelvo a abrir esta entrada hablando de mi segundo aprobado en esta fantástica escuela de cocina y pastelería que es Le Cordon Bleu. Ya solo me queda un trimestre para conseguir un sueño que llevo persiguiendo muchos años, ya que desde que era pequeñita he soñado con formarme y desarrollar mi pasión por la pastelería y por la cocina y en Le Cordon Bleu de Madrid he encontrado el lugar perfecto donde cumplir esos sueños. Espero que en el mes de Junio pueda mostraros mi diploma como Chef en Pastelería por una de las mejores escuelas que hay en el mundo. :-) Jamás imaginé que el aprendizaje que estoy recibiendo allí iba a ser de tal magnitud y es que además de conocimientos y el gusto por las cosas bien hechas, la pasión y sabiduría que transmiten todos y cada uno de los Chefs que forman el equipo de Pastelería, forma parte cada día de la formación que allí recibes.
Hoy quiero contaros además de la receta que encabeza este post, la crónica breve de lo que fue un día cargado de nervios, tensión pero sobretodo ilusiones, muchas ilusiones…