Se acerca la Semana Santa y con ella también infinidad de platos y dulces tradicionales. Es el caso del potaje de vigilia o también llamado potaje de cuaresma y es que este guiso surge a raíz de la prohibición religiosa de comer carne durante los viernes que preceden al jueves santo y desde 40 días antes, en concreto esta tradición comienza el miércoles de ceniza.
Este plato también lo conocemos como potaje de bacalao con garbanzos y espinacas aludiendo fundamentalmente a sus ingredientes principales. Es además un plato que no tiene complicación alguna a la hora de prepararlo y cuyo resultado es verdaderamente delicioso. Os aseguro que después de comerte un plato de este potaje de vigilia recargas las pilas que sea que se te hayan descargado después de nuestras ajetreadas rutinas diarias.
Aunque pensándolo bien, si entendemos que la abstinencia se lleva a cabo como un acto de sacrificio y meditación, la oferta gastronómica que surge durante este periodo, entre torrijas de todo tipo, buñuelos, rosquillas y potajes, hace que aunque el ayuno sea de no comer carne determinados días, la posibilidad de comer un montón de otras cosas (yo diría que casi más que incluso en Navidad), hace que dicho sacrificio pierda un poco de sentido bajo mi punto de vista.
Aún así nosotros nos sumamos a la preparación de estos platos que surgen para compensar la falta de carne como es el caso del potaje de vigilia, ya que además de ser platos típicos de nuestra gastronomía, están llenos de sabores y también están cargados de energía y nutrientes fundamentales provenientes de las legumbres (garbanzos), el pescado (bacalao) y las verduras (espinacas). Yo además acostumbro a hacer el doble de la receta ya que el esfuerzo es exactamente el mismo y congelo todo lo que no comemos para así descongelarlo el día que llegamos más justos de tiempo y que se agradece saber que tienes un guiso maravilloso esperándote listo para descongelar y consumir en pocos minutos.
Receta de potaje de vigilia con bacalao, garbanzos y espinacas :
INGREDIENTES:
- 300 gr. de garbanzos
- 300 gr. de bacalao desalado
- 250 gr. de espinacas frescas
- 2 cebollas medianas
- 4 dientes de ajo
- 1 tomate maduro (puede ser envasado)
- 1 huevo (opcional)
- 1 cucharada de postre de pimentón dulce
- 1 hoja de laurel
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra recién molida
- 1 cucharadita de comino molido
ELABORACIÓN:
- La noche anterior ponemos los garbanzos a remojar en agua fría con un puñado de sal gorda.
- Al día siguiente escurrimos los garbanzos y los lavamos bien bajo el chorro de agua fría.
- Ponemos los garbanzos a cocinar a fuego bajo durante 1,30 horas, en una cacerola con 1 litro de agua fría, dos dientes de ajo pelados y una hoja de laurel.
- Ahora vamos a preparar el refrito y para ello machacaremos con el mortero 1 diente de ajo en ajo y picaremos la cebolla en trozos pequeños.
- Ponemos juntos la cebolla y el ajo en una sartén con aceite de oliva virgen extra y dejamos que se cocinen hasta que las verduras adquieran algo de color. A mitad de cocción añadiremos el tomate pelado y sin pepitas . Retiramos la sartén del fuego y reservamos.
- En un cazo pequeño con agua cocemos el huevo durante 12 minutos. Cortamos la cocción en agua fría y reservamos.
- Cocemos las espinacas, previamente lavadas y retirados los tallos, en agua con sal durante 5-7 minutos.
- Escurrimos las espinacas y les agregamos el sofrito de cebolla y ajo, así como el pimentón, la sal, el comino y la pimienta negra.
- Pasado el tiempo de cocción de los garbanzos, retiramos los dientes de ajo, la hoja de laurel y los colamos conservando el agua de la cocción.
- En una cacerola ponemos el agua de cocción de los garbanzos y agregamos el sofrito de cebolla y ajo. Dejamos que rompa a hervir y entonces añadiremos el bacalao parcialmente desmigado y movemos la cacerola con el fin de que el bacalao se vaya integrando lentamente en el guiso. Dejamos cocer a fuego lento durante 5-7 minutos más.
- Servimos inmediatamente. Si has elegido añadir el huevo cocido, lo cortaríamos en cuartos y serviríamos una parte del huevo en cada plato.
Algunas aclaraciones:
- Si te gusta ponerle un toque picante al potaje de vigilia, sustituye una parte del pimentón dulce por pimentón picante. A nosotros particularmente nos encanta.
2 comentarios
Hola tocaya! Me encanta este potaje. Yo lo hago muy parecido pero sin bacalao, que no me gusta.
Tienes razón en que lo que sobra se puede congelar y aprovechar cualquier día que no tengamos hecho nada sabiendo que vamos a comer como reyes. Además congelan perfectamente. Es de esos platos que al descongelarlos no pierden ni sabor ni textura.
Te ha quedado de 10!
Un bico!!
Hola tocaya :) Sin bacalao también es una opción excelente. Yo le pongo bacalao sobretodo porque a Luis le encanta pero por mí está bien de las dos maneras. Muchas gracias por tus palabras, eres un sol. Un besazo grande guapísima!