No me pueden gustar más los níscalos al ajillo y es que es un plato que no solo respeta el sabor natural de los níscalos sino que además nos conecta con los productos de temporada, cosa que ya sabéis que me gusta muchísimo.
Me encantan los níscalos preparados casi de cualquier manera, pero en el caso de los níscalos al ajillo no se si es el dolorcito que desprenden, mezclado con el del ajo dorado y el toque del perejil fresco, pero sea lo que sea de lo que estoy segura es que este plato es capaz de alegrar cualquier comida o cena.
Además, esta receta tiene la magia de lo sencillo: pocos ingredientes, una preparación rápida y un resultado espectacular que siempre deja a todos con ganas de más. Puedes servirlos como guarnición para carnes y pescados, mezclarlos con arroz o pasta, o simplemente disfrutarlos con un buen trozo de pan para mojar en el jugo que dejan en la sartén.
Así que no lo dudes, ¡anímate a preparar esta receta y llena tu cocina del delicioso olor del otoño! Los níscalos al ajillo son la excusa perfecta para disfrutar de la buena comida y del placer de cocinar con ingredientes frescos y saludables.
Níscalos al Ajillo: Receta Fácil y Rápida
Dificultad: fácil
Raciones: 4
Tiempo:
- Preparación: 10 minutos
- Cocción: 15 minutos
Ingredientes para níscalos al ajillo
Para preparar esta receta necesitarás pocos ingredientes, pero asegúrate de que sean frescos y de buena calidad. Aquí te dejo la lista completa:
- 400 g de níscalos frescos
- 4 dientes de ajo
- 3-4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 1 guindilla (opcional, si te gusta el toque picante)
- Perejil fresco picado (al gusto)
Cómo preparar los níscalos al ajillo paso a paso
- Limpia los níscalos: Antes de empezar, limpia bien los níscalos. Para ello, utiliza un pincel o un paño húmedo para quitar la tierra y las impurezas. Puedes lavarlos brevemente bajo el chorro de agua fría, pero asegúrate de secarlos bien para evitar que absorban mucho agua.
- Corta los níscalos: Si los níscalos son muy grandes, córtalos en trozos medianos. Los más pequeños puedes dejarlos enteros para que luzcan en el plato.
- Prepara el ajo y el perejil: Pela los dientes de ajo y córtalos en láminas finas. Lava el perejil y pícalo bien fino. Reserva ambos ingredientes.
- Sofríe el ajo: En una sartén amplia, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Añade las láminas de ajo y la guindilla (si la estás utilizando) y sofríe hasta que el ajo comience a dorarse ligeramente. Es importante que no dejes que se queme para evitar un sabor amargo.
- Cocina los níscalos: Incorpora los níscalos a la sartén y sube un poco el fuego. Salpimienta al gusto y remueve para que los níscalos se impregnen del aceite y el ajo. Cocina durante unos 10-15 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que los níscalos estén tiernos y hayan soltado parte de su jugo.
- Añade el toque final: Justo antes de apagar el fuego espolvorea el perejil fresco picado. Remueve para mezclar bien todos los sabores.
- Sirve y disfruta: Sirve los níscalos al ajillo bien calientes. Puedes decorarlos con un poco más de perejil y acompañarlos con pan tostado o con pan fresco para aprovechar todo el jugo que queda en la sartén.
Consejos para unos Níscalos al Ajillo Perfectos
- Elige níscalos frescos y de temporada: Si tienes la suerte de recogerlos tú mismo, asegúrate de identificar bien la seta antes de cocinarla. Si los compras, elige ejemplares firmes y con buen aroma.
- Opción picante: Añade una guindilla en el momento que añadas los ajos picados a la sartén. Le da un toque sutil y picante al plato que a mí particularmente me encanta.
- No te pases con la cocción: Los níscalos tienen una textura carnosa que se mantiene mejor con una cocción corta. No los cocines en exceso para que no pierdan su jugosidad.
- Varía el aliño: Si lo prefieres, puedes añadir un chorrito de vino blanco al sofrito para dar un toque extra de sabor.
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