Hoy os traigo un clásico entre los clásicos y es que los crepes suzette se pusieron muy de moda allá por los años 70-80 en los que en casi cualquier restaurante de nivel (y de no tanto nivel), era habitual ver al metre o al camarero flambear platos o postres en una mesita auxiliar que colocaban hábilmente con el fin de que el show fuera bien divisado por los comensales allí presentes.
A pesar de ser un postre exquisito de esos que te hacen cerrar los ojos de puro placer mientras los degustas, las técnicas modernas entraron pisando fuerte y dejaron a un lado a este y otros postres que, bajo mi punto de vista, sería maravilloso volver a encontrar en la carta de los restaurantes con la misma frecuencia que en aquellos maravillosos años…
Categoría: Pequeños bocados
Tenía ganas de preparar un postre en vasitos para variar un poco el formato de la típica tarta redonda . Y no se me podía haber ocurrido mejor idea que preparar este lemon pie en vasitos. Se trata de una receta de aprovechamiento o no, según lo veas y es que en mi caso, tenía un par de tarros de lemon curd en la nevera y que mejor idea que emplearlo en estos vasitos, que dicho sea de paso me encantan y siempre que puedo preparo algún postre de cuchara para utilizarlos.
Se acerca la Navidad y con ella todos los dulces que se concentran en estas fechas, que dicho sea de paso son muchos y variados. Hay a quien no le gusta nada la repostería navideña y pienso que en muchos de los casos el motivo fundamental es porque no han probado a hacerlo en casa. Es ya un tópico y de hecho yo lo repito hasta decir basta, que lo hecho en casa nada tiene que ver con el mismo producto hecho en una fábrica y creo que en el caso de la repostería navideña y en particular los polvorones caseros, nada tienen que ver con los típicos polvorones que podemos comprar en un supermercado. Mis queridas alumnas del curso anual de repostería que impartimos en el taller, están teniendo estos días la oportunidad de aprender a hacer este tradicional dulce para después poder hacerlos ellas mismas en estos días de tantas reuniones y celebraciones.
A pesar de que adoro el verano, el otoño es una estación que me gusta mucho también y uno de los principales motivos es por la cantidad de frutas y hortalizas maravillosas que nos trae esta colorida estación. Ya he contado otras veces lo que me gusta a mí la calabaza y de hecho en el índice de recetas del blog observaréis que aparecen muchas recetas cuyo ingrediente principal es la calabaza, hortaliza con infinidad de posibilidades y lo que es mejor, nos alegra tanto platos dulces como salados.
Y resulta que el otro día me entró un antojo enorme de comer tortitas (bueno, el otro día y muchos otros días más) ya que además del chocolate y las galletas, las tortitas con sirope de arce o sirope de caramelo es algo que me encanta y que me hace completamente feliz mientras las como 🙂
Así que me puse manos a la obra y el resultado fueron estas increíbles tortitas de calabaza, que se preparan en un abrir y cerrar de ojos y de verdad que no os imagináis lo riquísimas que están.
Hoy paso por el blog para dejaros una idea bonita para que hagáis en cualquier ocasión. Se trata de piruletas de merengue suizo, ideales para cualquier celebración, para una mesa dulce o para dibujar una sonrisa a alguien que quieras. Yo las hice el otro día y no puedo deciros mas que en casa me hicieron la ola, son (somos) todos apasionados del merengue y cuando lo preparo con diferentes formas y colores, disfruto enormemente de ver sus caritas de felicidad cuando los saco del horno 🙂
Si os digo la verdad, hay algo que no tengo claro si me gusta más que las tortitas americanas y esto son las french toast. Y eso es mucho decir porque lo mío con las tortitas, de verdad que es puro vicio. Las french toast son realmente sencillas de hacer y además se hacen en poquísimo tiempo, cuestiones ambas que en absoluto hacen que el resultado no sea increíblemente delicioso.
Así mismo es un plato con historia, ya que nos tenemos que remontar a los antiguos romanos para tener la primera referencia de la existencia de recetas de french toast o tostada francesa. Entonces se habla de que teníamos que sumergir el pan únicamente en leche, obviando el incluir huevo o cualquier otro ingrediente. Después ha ido evolucionando hasta llegar hasta hoy y ahora además de la leche, añadimos huevos y especias y esencias como canela y vainilla.
Además quiero contaros que estas tostadas son algo muy especial para mí que guardo en un rinconcito maravilloso de mis recuerdos de la infancia, gracias a mis queridas amigas Alicia y Catherine 🙂
Creo que nos pasa a todos y es que en verano nuestra alimentación cambia radicalmente con respecto a los meses de más frío y lluvia. En invierno nos encantan todos los platos de cuchara, los postres tradicionales y en mi caso sobretodo los que requieren de horneado para su elaboración y ésto por una razón doble, una porque adoro el horno y todo lo que sale de él y otra porque cuando enciendo el horno en invierno, en general todas las estancias de la casa se calientan un poquito más, cosa que en los días de más frío es de agradecer, pero sobretodo y lo que más me gusta es que el olor a masa recién horneada, el olor a galletas de vainilla o el olor a cualquier pastel, magdalena, muffin etc. que suelo hacer para mi familia, acaba invadiendo todos los rincones de mi casa y he de decir que es algo tan estimulante y placentero para mí que hace que la satisfacción que me produce hornear cualquier cosa se multiplique habitualmente por 1000. Sin embargo llega el verano y a la mayoría de la gente la idea de encender el horno cuando los termómetros alcanzan casi los 40ºC. es algo inimaginable e incluso de locos. Pues bien, reconozco que yo pertenezco al grupo de esos locos que no dan tregua a su horno, haga frío o haga calor y es que cuando una receta se me mete entre ceja y ceja, no hay temperatura exterior que me haga cambiar de idea.
Aún así no niego que postres como el que os traigo hoy, un refrescante y saludable postre de yogur, frutas y avena, me resulten de lo más apetecible en estos meses de tantísimo calor, sobretodo cuando pasamos menos tiempo en casa y hacer recetas fáciles, rápidas y con ingredientes frescos es mucho más accesible que encender el horno y desarrollar toda una receta de principio a fin.
Sobra decir que gracias a Luis hemos introducido mucha de la cultura gastronómica argentina en casa y si te digo la verdad hay muchas cosas que de no ser por él no habríamos probado jamás. También he de decir que hay cosas como los chinchulines (intestinos) que nos hemos negado a incorporar, creo que hay que ser argentino para apreciarlos ya que no hay asado en el que no los hagan o al menos yo siempre los he visto en las barbacoas a las que he tenido el gusto de asistir.
Pero algo bien distinto son las empanadas argentinas que ya os mostrara hace unos cuantos post atrás. Nos encantan de todas las formas, tamaños y rellenos posibles. Casi siempre que las hacemos las hacemos de carne pero hoy quiero daros una idea fantástica para hacer empanadas argentinas de manera fácil y rápida y que además gustan a todos. Hoy vamos a hacer empanadas argentinas rellenas de jamón y queso. 🙂
He de reconocer que soy una persona golosa hasta la médula. Muchas veces me veo debatiendo conmigo misma a cerca de los dulces imprescindibles para mí y es cuando me doy cuenta de que no puedo elegir uno, ni siquiera dos, pero tampoco tres ni cuatro. Siempre me he declarado por ejemplo muy fan de las galletas en cualquier versión y sabor, pero también me ocurre que me derrito ante un trocito de chocolate, unas tortitas con nata y sirope de arce o un donut con la típica cobertura de chocolate que además me recuerda siempre a mi infancia. Por favor, cómo disfrutaba con ese primer mordisco en el que la combinación del glaseado de chocolate con la ternura del bollo hacía que cerrase los ojos por unos segundos, transportándome a un maravilloso mundo de dulces sensaciones.
Pues bien dicho todo esto y aunque parezca mentira, he de reconocer que las berlinas (lo que mucha gente llama donut sin agujero) las probé por primera vez hace pocos años y lo primero que me vino a la mente fue pensar en todas las berlinas que me había perdido por el camino, porque de verdad que no tengo palabras para describir lo maravilloso de este bollito en el que se combina una tiernísima masa, con la delicia de la mermelada (en este caso se trata de mermelada casera además) y el remate del glaseado, bien de chocolate o bien de azúcar. Y tampoco están nada mal con un simple rebozado de azúcar, que conste.
Hoy estamos de celebración, os lo contaba ayer en mi stories de Instagram y es que Fabrizio cumple 10 años y si lo pienso, me parece mentira que hayan pasado ya tantos años desde el día (mejor dicho madrugada, ya que decidió salir al mundo a las 2,45 de la mañana) que le cogí por primera vez entre mis brazos. Pero no me voy a poner en plan abuela, básicamente porque no lo soy jeje y porque además sigo pensando que sigue siendo aquel canijo con más carácter que cuerpo, que lo que mejor sabe hacer es sin duda hacernos a todos la vida mucho más feliz 🙂
Y como la comida es siempre una buenísima excusa para celebrar lo que sea, nosotros hoy empezamos el día así de bien, con estas empanadas de hojaldre casero y rellenas de manzana cocinada a fuego lento con mantequilla y un toque de vainilla.