Después de todo lo que nos ha costado llegar hasta aquí, puedo decir que con el curso de repostería que impartimos el otro día, todo esfuerzo ha merecido la pena y mucho.
Recibimos a un grupo estupendo de chicas con las que pasamos una mañana de lo más agradable, practicando, tomando notas y desayunando todas juntas.
Bizcochos
Todos los inviernos acostumbramos a comer un plato hecho a base de polenta, queso y salsa de tomate con carne o con chorizo. Sí, sí, es un poco bomba pero en los meses de frío lo que más te suele apetecer son los típicos platos de cuchara que te ponen el cuerpo a tono casi a la primera cucharada. El caso es que el plato que os comento está dentro del repertorio de recetas de Luis y como tal siempre nos lo cocina él :-) . La próxima vez que hagamos este plato de polenta prometo que le sacaremos fotos y publicaremos la receta en el blog, porque si te gusta la polenta, el plato es espectacular, sabroso, la textura es increíble y diferente a cualquier otra cosa y como os decía antes, te deja el cuerpo como nuevo.
El caso es que os cuento todo este rollo porque el otro día vi que tenía un paquete de polenta y pensé que todavía faltaba mucho para utilizarla, aunque es cierto que ya he hecho platos con polenta que no son el de Luis, como estos cuadraditos de polenta y mozarella. Así que pensé que si la polenta esta tan buena en platos salados, en platos dulces o bizcochos debía de estar igual ó incluso mejor…..y no me equivocaba.
Este es el bizcocho del que os hablaba el otro día. Es un bizcocho que hago al menos una vez a la semana por varios motivos. Uno y fundamental es por lo riquísimo que está y después también, que no puede ser más fácil y rápido de hacer. En casa nos encanta a todos sin excepción y lo solemos comer para desayunar con un vaso de leche, con un colacao, con leche con azúcar (somos muchos y con gustos muy variados jeje) o con el café como es el caso de Luis y mío.
Otra ocasión en la que lo comemos es cuando salimos al campo o de viaje. Es ya como una tradición salir con el bizcocho a cuestas antes de arrancar el coche :)
Pero otro de los motivos por los que este bizcocho es especial es por el tipo de harina que lleva que no es otra que harina de trigo integral y que al contrario de la idea que tiene mucha gente de que las cosas hechas con harina integral están menos ricas porque “parecen” ser de dieta, es más bien todo lo contrario y básicamente porque el hecho de que la harina sea integral, le aporta más sabor y textura al bizcocho, sin hablar de la cantidad de aportes beneficiosos para nuestra salud que tiene.
Me encanta tener siempre un bizcocho casero sobre la mesa para que los niños desayunen o merienden y además como últimamente hemos ido mucho al campo a pasar el día y a hacer noche también, me he hinchado a hacer bizcochos para llevárnoslos para desayunar o para comerlos en mitad de una caminata. De hecho repito mucho un bizcocho integral de limón que sorprendentemente no tengo publicado aún en el blog pero cuando lo hago normalmente es para llevárnoslo y no da tiempo alguno a sacarle ni una miserable fotito. Es más, suelo tener que llevarlo aún caliente y no os cuento el olor que llevamos en el coche todo el camino a nuestro destino :-)
Voy a intentar sacar un hueco hoy en el día para hacerlo y sacarle las fotos porque de verdad que es un bizcocho para tener siempre a mano o incluso en el congelador en porciones individuales para ir comiéndolo cuando más nos apetezca.
Llevaba varios meses con ganas de estrenar este precioso molde de Nordic Ware que me regaló una buenísima amiga y lo que es cierto es que no encontraba ni el momento ni la receta que me convenciera para hacerlo. El caso es que como el molde emula lo que sería un Cake a base de bollos de canela, pensé que tenía que tener relación con ese fantástico dulce que tanto me gusta. Aunque ahora que lo pienso yo hice un bollo a base de rollitos, pero en este caso eran de naranja y la verdad es que ese post tuvo un éxito en el blog sin precedentes y es que ciertamente se trata de una receta muy fácil, compuesta por la unión de varios bollitos hechos de masa que ha sido levada varias veces, lo que la hace ya de por si una masa especial y además porque el fantástico sabor de la naranja, tanto en la masa como en el glaseado, hacen de esta especie de pan de naranja un dulce digno de probar aunque sea una vez en la vida. Podéis ver la receta de la que os hablo aquí.
Antes de empezar con el post de hoy quiero daros una noticia respecto al blog y es que Luis y yo llevamos tiempo pensando en abrir otro blog en el que compartir recetas de comida salada ya que aunque el dulce a mi particularmente me pierde, no solo de dulces vive el hombre ¿no?. Ambos somos amantes de la buena comida y además nos gusta mucho investigar y probar nuevos sabores de cualquier parte del mundo. Pretendemos compartir todo lo que nos gusta a nosotros, comida casera, platos típicos de otras regiones de España o de otros países y por supuesto cosas típicas de la gastronomía argentina, país de origen de Luis y del que soy una completa enamorada, particularmente de Buenos Aires, para mí sin lugar a dudas la ciudad más bonita que haya visto jamás.
Después de darle muchas vueltas, hemos decidido que no nos moveremos de aquí para lanzar esta nueva idea, ya que en un primer momento pensamos en abrir otro blog diferente, pero queremos compartir con todos los que visitáis Corazón de Caramelo, todas las recetas que consideremos que os pueden gustar para que las hagáis vosotros también y nos contéis qué os parecen. Nos encantan las sugerencias, las correcciones y las ideas que puedan ayudarnos a mejorar en este nuevo proyecto y por lo tanto cualquier aportación ó idea, siempre será muy bienvenida :-)
Y dicho esto, quería anunciaros que será la próxima entrada en la que nos estrenemos en esta nueva sección del blog y lo haré con una receta muy facilita a la que tengo mucho cariño y con la que he triunfado infinidad de veces en casa y en diversas celebraciones. Espero de corazón que os guste tanto como a nosotros :-)
Hace mucho que Fabrizio y Javier me piden insistentemente preparar ellos solitos un postre “como los de mami” dicen ellos, cosa que me encanta y de hecho siempre que veo la ocasión dejo que me echen una mano en la cocina. Pero claro, ellos no acaban de conformarse porque en realidad lo que quieren es empezar y terminar el postre sin ningún tipo de ayuda. Y cuando el otro día desde Dr. Oetker me ofrecieron probar sus preparados para elaborar Mug Cakes me pareció una idea genial, sobretodo porque tenía claro que en esta ocasión mis dos pequeños iban a ser por fín cocineros por un día :-)
Siempre que había visto este postre en la web, me maravillaba la idea de pensar que en el momento de hornearlo ocurría algo realmente mágico que hacía que el resultado final fuera completamente opuesto al planteado en un primer momento. Me explico, resulta que cuando haces un postre de este tipo, en el que combinas algún tipo de bizcocho con otra textura más líquida, en este caso flan, ocurre que las masas se invierten durante el horneado y lo que habías puesto en la base del molde pasa a ocupar el lugar de la otra masa y viceversa. Así y como es en mi caso y en el postre que hoy os traigo, yo puse en la base del molde la masa de Brownie de chocolate blanco e inmediatamente encima la mezcla de flan de chocolate y entonces……¡¡¡Ocurrió lo que os comentaba!!! Las masas se invirtieron y lo que saqué del horno fue lo opuesto a lo que metí en el justo en el momento de ir a hornearlo…¿no es bonito a la vez que increíble?
Es increíble lo rápido que se me pasan siempre las Navidades, hoy ya toca retirar los adornos y el árbol muy a pesar de los niños porque les entra una nostalgia tremenda cuando nos ven guardando todo en cajas para llevarlas acto seguido al trastero hasta las próximas Navidades.
Ahora comienza un año nuevo lleno de proyectos para Luis y para mí y estamos muy contentos e ilusionados y es que como siempre digo, todo lo que se hace con amor y con pasión, siempre sale adelante :-)
Tengo que agradecer además al año que se fue que me diera la oportunidad de empezar a estudiar en una de las mejores escuelas de cocina del mundo, Le Cordon Bleu, que por cierto ya mismo retomo las clases y estoy como una niña pequeña esperando a que llegue el momento de poner los pies dentro de la escuela otra vez :-) Además estoy deseando reencontrarme con mis compañeros, que conocerles y compartir clase, cocina y nervios, muchos nervios, ha sido otro de los grandísimos regalos que me ha dejado el 2015 :-)
El año pasado a estas alturas había publicado ya unas cuantas recetas en el blog para hacer en Navidad, pero como sabéis hace tres días tuve el examen para obtener el certificado básico de Pastelería por la escuela de cocina Le Cordon Bleu de Madrid y no he podido más que poner todas mis fuerzas, energías e ilusiones en aprobar ese examen, ya que para mi sería un sueño hecho realidad obtener el Diploma de Pastelería y convertirme en Chef por una de las más prestigiosas escuelas de cocina del mundo :-)